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Un día como hoy, es para dedicarlo a la reflexión de ¿Qué es un país?, sino un espíritu colectivo, un anhelo: en el caso de los italianos, la nostalgia por un pasado y por la libertad. Italia no es una en la cultura, ni una en cuanto a raza, ni siquiera en cuanto a la lengua (pues existen varios dialectos regionales) y mucho menos homogénea en lo tocante al desarrollo económico, con un sur ligado a las condiciones de vida e industria básica mediterránea y un norte mucho más próspero, de economía compleja y estílo de vida semejante al de Europa Central. Sin embargo, hay un elemento trascendente que define al italiano, sea este un campesino de Trento o un pescador de Tarento, un elegante oficinista de Milán o un pizzero de Nápoles, todo italiano es orgulloso de su procedencia, de su tierra, su gente y su cultura.
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Hay un pedacito de Italia repartido por todo el mundo, semejante a la manera como la ciudanía y la cultura romana se expandió en la antiguedad por todo un imperio, trascendiendo las barreras territoriales, y configurando el cosmopolitismo. Hoy toca reflexionar sobre aquello, pensar en la trascendencia del nacionalismo italiano por sobre cualquier intentona separtista u emergencia de nacionalismos regionales... Padania, Sicilia, Cerdeña, no fueron y nunca serán nada por sí solas, la historia las unió bajo un sólo nombre y este va más allá de la camiseta "azurra": el fervor nacionalista que genera en el italiano su selección nacional de fútbol.
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Italia es admirable por su diversidad: la belleza de una "mora" y de una "bionda", la suma de colores o sabores marinos y agrestes, una tierra donde el pasado de todas las épocas nos sigue restregando su grandeza y donde la voz de los ancianos aún es digna de respeto, allí la familia sigue siendo el principal código y la alegría de vivir contrasta con la griseasea atmósfera de un continente viejo y apesumbrado. Por todas estas virtudes que te resaltan: feliz aniversario Italia!!
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