La mediática acusación del diputado Gabriel Ascencio hacia el actual resposable de la cartera de Planificación, el Ministro UDI: Felipe Kast, referente a la compra de un millonario sillón para su despacho, fue uno de los hechos noticiosos más comentados el día de ayer..
Ascensio dió por hecha la "derrochadora" compra, y Kast por su parte negó la veracidad de sus argumentos. $ 3.5000.000 sería el monto discutido, es decir 20 veces el sueldo mínimo que ganan varios miles de ciudadanos en nuestro país, de ser cierta esta noticia: una compra poco ética, por lo bajo una falta de respeto.
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Sin embargo no se puede ser tan precipitado y creer inmediato las acusaciones del diputado concertacionista y de ser así, el tejado de vidrio que cabe sobre la cabeza de su sector (otrora Gobierno) sigue siendo demasiado grande como para dar credibilidad absoluta a su asumido rol de justiciero. El pasado los condena a todos!, no será tan fácil para la ex Concertación obtener divisas políticas del desprestigio oficialista, sin que el cuestionamiento por la gestión de años anteriores les pene.
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Lo que me provoca ruido, no es el monto del sillón en sí, sino que de ser cierta tal acusación, pasados los restantes tres años de Gobierno, ese sillón termine en la sala de estar del Ministro y no en el despacho de la oficina ministerial. Casos similares ya se han visto, como el de la ex alcaldesa de Pelarco, Raquel Argandoña (UDI), quien hizo una millonaria compra en mobiliario municipal y a pocos días de dejar la gestión, terminó trasladando todos aquellos muebles a su casa, reemplazándolos por otros mucho más modestos de mimbre, riéndose en la cara de la comuna que le dió su aprobación por años.
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Ascensio dió por hecha la "derrochadora" compra, y Kast por su parte negó la veracidad de sus argumentos. $ 3.5000.000 sería el monto discutido, es decir 20 veces el sueldo mínimo que ganan varios miles de ciudadanos en nuestro país, de ser cierta esta noticia: una compra poco ética, por lo bajo una falta de respeto.
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Sin embargo no se puede ser tan precipitado y creer inmediato las acusaciones del diputado concertacionista y de ser así, el tejado de vidrio que cabe sobre la cabeza de su sector (otrora Gobierno) sigue siendo demasiado grande como para dar credibilidad absoluta a su asumido rol de justiciero. El pasado los condena a todos!, no será tan fácil para la ex Concertación obtener divisas políticas del desprestigio oficialista, sin que el cuestionamiento por la gestión de años anteriores les pene.
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Lo que me provoca ruido, no es el monto del sillón en sí, sino que de ser cierta tal acusación, pasados los restantes tres años de Gobierno, ese sillón termine en la sala de estar del Ministro y no en el despacho de la oficina ministerial. Casos similares ya se han visto, como el de la ex alcaldesa de Pelarco, Raquel Argandoña (UDI), quien hizo una millonaria compra en mobiliario municipal y a pocos días de dejar la gestión, terminó trasladando todos aquellos muebles a su casa, reemplazándolos por otros mucho más modestos de mimbre, riéndose en la cara de la comuna que le dió su aprobación por años.
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