sábado, 29 de septiembre de 2012

Siria también tiene derecho a la autodeterminación!

Desde el 26 de enero del año pasado, Siria quedó convertida en un triste campo de batalla donde se enfrentan los perniciosos planes del Sionismo internacional contra la resistencia y los planes geoestratégicos que Irán tiene para la región. En este contexto, Bashar Al Assad es sólo la cara visible de un gobierno gerontocrático, donde las decisiones del Presidente de la República están siempre subordinadas a la planificación de una cúpula dirigente, absolutamente clientelista, pro Irán y dueña de los recursos productivos del país. Los rebeldes en tanto, son las poblaciones despojadas de la gran repartija de beneficios estatales, estimulados al odio por medio de la soterrada presencia norteamericana e israelí (fundamentalmente israelí) que pretende una escalada del descontento popular, no sólo en Siria sino en todos los países del Medio Oriente, para hacer estallar una gran guerra en la región, la cual naturalmente enfrentaría a Estados Unidos contra Irán, sin que se derrame una sola gota de la sangre de Judas, de los maquinadores de siempre.

Ya lo advertía hace 90 años Henry Ford: es una cuestión propia del Sionismo servirse de otros Estados para hacer la guerra, enfrentando entre sí a naciones inocentes, 30.000 muertos en Siria no pesan nada en la conciencia de las finanzas judías. Sabemos que la política internacional norteamericana no tiene nada de norteamericana, dado que el Sionismo ha venido instalando en ella a sus mejores emisarios desde los años '20 y aunque probablemente no se trate de un sionista, resulta también sospechoso el origen cripto-judío del Presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, quien puso al país de los persas en el "ojo del huracán" y al pie de una futura guerra, por sus planteamientos contra el Holocausto y la confrontación con la ONU en la política unilateral de enriquecimiento de urano.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Cuidado con el Internacionalismo

El paso de los años, viene aparejado (casi) siempre de una madurez intelectual y espiritual que nos hace cuestionar nuestras pueriles posiciones políticas del pasado. Es así como este blog, si bien continúa llamándose como hace 4 años: La Bitácora Liberal, poco queda en mí de aquella fantasmagoría ideológica desastillada en mil aristas de las que se cuelga tanto la izquierda libertaria como la derecha neo-liberal, sin que exista entre ellas ningún punto de concordancia. Hace tan sólo un par de años atrás yo era de los que defendía a "brazo partido" el capitalismo, porque como muchos lo consideraba el mejor modelo de desarrollo económico/social, aunque desde luego mi ignorancia era suprema respecto de la hostil maquinaria que se esconde tras bambalinas, una que tiene que ver con estructuras de dominación feudo-bancarias, forjadas sobre la espiral del creciente individualismo y la crisis de identidad de las naciones.

Si algo queda en mí del liberal o libertario que era antaño, podría ser la innata necesidad de escapar de los convencionalismos de esta época, como así mismo de la única religión que conoce hoy Occidente: el materialismo.

Me cuido hoy en día de mis impulsos liberales del pasado, porque independiente de que seas de izquierda o de derecha, el solo asimilar ciertos dogmatismos universalistas puede convertirte en un individuo asocial y frívolo, falto de compromiso con tu propia historia, tu gente, con tu realidad. Es por esta razón también que no me cuento entre los pocos que aún consideran al golpe de Estado del 11 de Septiembre de 1973 (pronto a cumplir 39 años) como una intervención nacionalista, ¡nada más ajeno a aquel fin!. Pues quienes asumieron defendernos del "yugo marxista", simplemente hicieron un enroque hacia al "yugo capitalista" y todo continúo en manos de los mismos maquinadores externos. No es un misterio para nadie que tanto la fracasada Kommintern como la actual internacionalización forzosa del modelo de libre mercado fueron y son artilugios destinados simplemente a socavar la soberanía de los países para ingresarnos de lleno a un plan articulado hacia fines del siglo  XIX: el tan temido Nuevo Orden Mundial.

De cara a las próximas fiestas patrias, pienso que la historia de ser justa, debiera exaltar mil veces a O'Higgins (el único gran prócer de la patria, quien renunció a sus ingentes privilegios de mayorazgo por construir Chile) antes que a José Miguel Carrera (un altanero y elitista) o a Ramón Freire antes que a Diego Portales y entiendo al fin que el Franquismo, el Nasserismo y hasta el Peronismo, a pesar de ser dictaduras, respondieron a fines mucho más nobles, transparentes y nacionalistas que el "Pinochetismo", llevado a cabo por los militares, pero articulado y planificado  por el gobierno de Richard Nixon y los economistas de la Escuela de Chicago (cuyo mentor fue el sionista Milton Friedman). Hoy abrazo mi génesis conservadora y me inclino por aquellos líderes herméticos ya en retirada, comprometidos tenázmente con el porvenir nacional. No les compro a los vende-patria de siempre (tanto de izquierda como de derecha) quienes buscan fórmulas mágicas en el extranjero,  sacrifican la equidad ante el desarrollo (destruyendo los pilares solidarios) y financian su actuar populista con fondos prestados por el FMI o el Banco Mundial, aceptando chantajes y regalando Chile a los dueños del mundo: financistas de la hambruna, de la esclavitud crediticia, de la degeneración y de las guerras, los mismos que han deshumanizado al planeta en los últimos cien años.
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martes, 21 de agosto de 2012

Mohamed Alí Seineldín, gran representante de los valores árabes en América



Ciertas gentes muy mal enfocadas, consideran que ser moderno equivale a una relajación total de los valores, a sepultar la tradición para abrazar en su lugar estimaciones morales importadas de otras culturas, probablemente más decadentes que la nuestra. Afortunadamente el alma liberal es capaz de separar las aguas y deslindarse de "la corriente principal" para rescatar de la modernidad sólo aquello que le ennoblece y es digno de ser aprehendido, conservando todo lo demás.

Hay principios que no se tranzan en esta vida: la honestidad, el amor a la familia, la lealtad a la patria y la fe en un Dios único (para el creyente) y no importa si se está en China o en la Patagonia, aquel que es hombre y tiene fortaleza de espíritu jamás sacrifica ninguna de estas dimensiones y esto en parte es lo que nos refleja la presente entrevista hecha al fallecido Coronel argentino Mohamed Alí Seineldín, acérrimo nacionalista, héroe de las Malvinas y detractor del Sionismo, ya fuera aquel que opera injusticias en Palestina o el representado en las 50 estrellas de la bandera norteamericana a la que descaradamente y de par en par le abrió las piernas el gobierno de Carlos Saúl Menem y todos los siguientes.

jueves, 16 de agosto de 2012

La conexión islámica en el Nazismo alemán

El Nacional Socialismo alemán, como toda forma de fascismo existente, fue un fenómeno político y sociocultural a todas luces reprochable, aunque atribuible a una crisis nacional y a la desesperación de una nación sometida a las tropelías internacionales del Tratado de Versalles, cuyas disposiciones de paz y compensación favorecieron considerablemente a los franceses y a la Triple entente, con favor de la maquinaria oculta (financistas, propaganderos y lobbistas judíos) al servicio del Nuevo Orden Mundial: la gran confabulación hacia el capitalismo total-global. Abanderándose en una supuesta "espiritualidad aria" la Alemania Nazi le había declarado la guerra al proyecto judeo-sionista, consistente en convertir al planeta en una masa proletaria, desespiritualizada, materialista y consumista, esclavizada y manipulada además por el influjo de los productores de bienes/servicios y de los grandes prestamistas bancarios, oficios propios de la usurera nación judía que desde la Primera Conferencia Mundial Sionista (1897) y la filtración de los Protocolos de los Sabios de Sión, dejó bien en claro la existencia de un proyecto para dominar al resto de naciones, por medio del poder económico, la efervescencia ideológica, la psico-publicidad, la industria del entretenimiento y los vicios.

La llegada al poder de Adolph Hitler (curiosamente, un cripto-judío) y del Holocausto, son claras deformaciones en la evolución del nuevo pensamiento alemán que tuvo por adalides entre los siglos XIX y XX a filósofos existencialistas como Nietzsche y ariosofistas como Guido von List, todos de alguna manera antisemitas, que vieron en los judíos a un pueblo de "doble moral" (por un lado: una moralidad esotérica y espiritual que conocen sólo los de su casta y por el otro: un peligroso pragmatismo que practican en el día a día en su relación con los no-judíos, a quienes se permiten gravarlos con las peores usuras y engaños para obtener el máximo de beneficios egoístas, bajo la convicción de ser un pueblo privilegiado, elegido por Dios) y pretensiones de dominar la economía global. Tempranamente descubrirían los padres del Nacional Socialismo alemán que aquel desafecto hacia el pueblo judío, lo compartían también las naciones musulmanas al sur del Mediterráneo, igual de enemigas de la "doble moral" y embebidas en unos patrones espirituales que los nazis consideraron más afines a la "espiritualidad aria" que a la semita, pese a que el profeta del Islam: Muhammad, fue un beduino árabe, descendiente del linaje de Sem y de Abraham al igual que los judíos verdaderos.

Entre los ideólogos del Nacional Socialismo, destacó el Baron Rudolph von Sebottendorf, fundador de la Sociedad ariosofista Thule, una escuela iniciática de conocimientos esotéricos, plagada de alegorías y simbolismos arios, arrianos, cabalísticos y sufíes (misticismo islámico), von Sebottendorf vivió varios años en Turquía y viajó por países como Irán y Egipto en su búsqueda de la más elevada espiritualidad y de la ciencia gnóstica, con la misión de recuperarlas y de reinstalarlas en una Europa devastada por los vicios del materialismo dialéctico. En Thule militaron las principales mentes del Nacional Socialismo como Heinrich Himmler y el propio Adolph Hitler, quienes llegaron a tener sus propios aliados en el Mundo Musulmán, destacando entre todos el clérigo palestino Haj Ammin al-Husseini, un declarado líder antisemita que armó a los árabes contra los primeros colonos israelíes en Palestina y en quien los nazis confiaban plenamente, guiándose por su aclamación de la sublime espiritualidad musulmana, así como también por sus criterios racistas, dado que el Gran Muftí poseía también un sorprendente aspecto nórdico, nada infrecuente entre los árabes del Levante.

El Gran Muftí de Palestina (Haj Amin al-Husseini) saludando a las SS musulmanas

Derrotados los alemanes en 1945, las dos cosmovisiones materialistas del planeta: el capitalismo atlántico y el marxismo soviético se repartieron el destino de los países a ambos lados de la "Cortina de Hierro". Ya no habría cabida para los orgullos de raza ni para la alta espiritualidad en las naciones occidentales, dominadas en adelante por el yugo del pragmatismo y del escepticismo, comienza a proliferar allí un criterio de engañosa igualdad y de libertades civiles aparentemente sin límites, fundamentadas sobre la base del consumismo, tal cual se detalla en los Protocolos de los Sabios de Sión. Maquinadores sionistas movieron los hilos del mundo a ambos lados de la Cortina de Hierro y así como judíos fueron Lenin y Trotsky, también lo son Henry Kissinger y Paul Wolfowitz, los verdaderos Machiavello que se esconden detrás de todos los atropellos a los derechos humanos cometidos por los Estados Unidos en el mundo, incluida una intromisión directa en nuestro país durante la dictadura de Pinochet.

Finiquitadas las escollas del fascismo centroeuropeo, al maligno plan sionista de dominio mundial resta actualmente una barrera mucho más inquebrantable para los fines rastreros de la nación de Judas, dicha barrera la encarnan los cientos de millones de creyentes musulmanes de todos los orígenes que poseen la mejor de todas las armas para enfrentar a Sión: la integridad de espíritu. La guerra que hoy liberan los musulmanes contra sus opresores, al igual que la liberara Alemania y el Eje contra los Aliados no es ni ha sido nunca una guerra contra Occidente, es una guerra contra Sión, pero no se trata de aquella mínima franja de tierra robada por un grupo de europeos a los árabes en 1948, sino del Sionismo global, encarnado en los cientos de tratadistas y de personeros judíos que infiltrados en las distintas élites y gobiernos del planeta ejecutan día a día el gran plan protocolar de 1897. Aquellos sionistas (con más sangre jázara que judía) no encarnan para nada la espiritualidad de Moisés, Abraham, Jesucristo o Maimónides ni de los creyentes hebreos, hombres y mujeres honestos que han sido perseguidos durante siglos por la malignidad de unos pocos. El pueblo judío es de luces y sombras, y así como pertenecieron a él los grandes profetas bíblicos y los alquimistas medievales, también lo han hecho nefastos personajes como Herodes, Judas, Carl Marx, Hitler, Golda Meir, Anton LaVey o la familia Rotschild, lo que da para pensar que donde posa la mano de Dios, posa también la silueta de Satán.

¿En qué se equivocó el Nazismo?: en todo desde luego, pero más que nada en abrirle el camino a un demente megalomaniaco (o quizás un sionista encubierto) apellidado Hitler que llevó a cabo un Holocausto satánico que sacrificó la vida de millones de inocentes, judíos y no judíos que en su mayoría ignoraban la existencia de un plan sionista de dominio mundial. Aquel Holocausto fue el salvo conducto planificado por el gobierno oculto sionista en su plan de instaurar el Estado de Israel, lo que definitivamente ocurrió en 1948. Lo único rescatable del Nacional Socialismo fue su interés por rescatar la espiritualidad perdida de Occidente y hacerle frente a las maquinaciones del Nuevo orden en ciernes, mismo al que hoy enfrentan con todo ímpetu las naciones orientales del Cercano Oriente, sea en las caóticas calles de Bagdad, en la cárcel al aire libre llamada Palestina o en una Irán abiertamente antisemita, que ha llegado incluso a negar el Holocausto: la gran "propaganda de victimización" en palabras del judío anti-sionista Noam Chomsky.
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martes, 1 de mayo de 2012

Bin Laden y el "Asesino de la moto", máximos generalísimos en las campañas de Obama y Sarkozy

¿Qué tienen en común la captura de Bin Laden y los asesinatos en una escuela judía de Tolouse llevados a cabo (supuestamente) por el magrebí Mohamed Merah?, probablemente nada para quienes no están habituados a cuestionar la "historia oficial" ni observar más allá de sus narices, pero para quienes denunciamos y somos más sensibles a las descaradas maquinaciones del Sionismo Internacional, todo lo anterior obedece a la misma mano invisible, una que lleva cerca de un siglo interviniendo los destinos de Medio Oriente y casi tres dominando el tablero europeo desde veladas redes de contacto y poder, los medios de comunicación y la ineludbile influencia de las dinastías bancarias, maleadas desde siempre por linajes judíos como el de los Rothschild (principales mentores del Estado de Israel y guardianes de los Tesoros del Vaticano), los Schiff, Warbug, Loeb e inclúso por sionistas estratégicamente bien posicionados como es el caso del polémico Dominique Strauss-Khan, ex Director del Fondo Monetario Internacional, la institución financiera global que mantiene premeditadamente pobre al Tercer Mundo.

Lo curioso de ambos hechos, además de apuntar al chivo expiatorio de turno: el fundamentalismo islámico, es que hoy vuelven a salir a la palestra para potenciar las campañas presidenciales de dos de los principales aliados del Sionismo: Barack Obama y el judío Nicolás Sarkozy, el primero pretendiendo quedar como héroe en la captura y ajusticiamiento de un enemigo que jamás existió (Osama Bin Laden) acontecida el año pasado y el segundo sirviéndose de un simulacro de la inteligencia francesa destinado a revivir el miedo a los árabes y al Islam que es desde hace varias décadas el núcleo migratorio más importante en el país, constituyendo una población segregada, económicamente y socialmente riesgosa, pero en términos reales, jamás un peligro fundamentalista, pues se trata (en general) de familias poco cohesionadas y en tanto poco o nada conservadoras ni religiosas. El único peligro que hoy constituyen los árabes franceses (en su mayoría de orígen magrebí u africano) no viene por el lado del extremismo religioso, sino de la pobreza y sus dos principales corolarios: la delincuencia y el narcotráfico.

Mohamed Merah, el llamado "Asesino de la moto" puede que simplemente haya sido una víctima, sacrificada por el hecho de ser árabe (un miembro de la "minoría sospechosa") con el fin de hacer correr la gran maquinaria de la manipulación comunicacional presente hoy en todo el mundo y destinada a forjar por un lado Estados policiales (potenciados e interventores) y por el otro, aumentar la aprobación popular de las actuales administraciones o así mismo asegurar reelecciones presidenciales de gobiernos especialmente occidentalizantes (anti-pluralistas) o abiertamente anti-islámicos. Hace un tiempo conocimos de cerca esta maquiavélica artimaña en torno al confuso caso del jóven pakistaní Muhammad Saif Khan quien fuera procesado por posesión ilegal de explosivos y supuesto intento por atentar contra la Embajada de Estados Unidos, siendo liberado posteriormente dada la poca credibilidad que fraguó esta historia en la opinión pública chilena. Más de alguno sospechó entónces y con justificable razón que dicho simulacro pudo ser posíble dada la conexión Sionismo-Hizpeter en una época orbitada por el cuestionamiento a Israel y el reflote de la reivindicación palestina a niveles de discusión política.

Sin duda, se impone hoy ante nuestros ojos la era más absolutista del utilitarismo, nuestras frentes marcadas están desde el nacimiento por "valores de uso" y "valores de cambio", siendo evidente que una vida en Irak o Afganistán vale -en términos de transacción- una centésima parte de la de un occidental (o al menos corre mayor peligro), cobijado entre los algodones de la dulce ignorancia. En miras de aquella nefasta publicidad y del paradigma mediático sionista se estigmatiza y direcciona el futuro de miles de niños palestinos hacia la vía dolorosa de la revolución y la guerrilla sin que nos importe demasiado, o nos parece risible (pero no una incitación) la quema de coranes en Afganistán o Nueva York que pretenden irritar a las naciones amantes de su religión con el fin de generar que la guerra inducida  en Medio Oriente no termine jamás, dado que implica gruesos réditos para aquellos que la prodigan y financian, ocupando tierras validadas sólo por sus recursos naturales (petróleo, gas y opio) y esperando que Israel siga induciendo en la opinión pública global la idea de que es un país rodeado de enemigos peligrosos, ante los cuales debe protegerse, inclúso con ocupaciones ilegales en Gaza o planes de guerra preventiva... "Nos vienen jodiendo desde los tiempos de Cristo", diría Nietzsche, pero su antisemitismo (entendido como odio a los judíos) no calza para nada en esta reflexión, pues a mi entender no todos los judíos son sionistas y más peligrosos que los propios sionistas son los filosionistas no-judíos.

Los peligros que hoy sortea la humanidad no son los que publica ni exagera el New York Times o CNN ni mucho menos uno constituído por naciones o religiones puntuales, por tanto no se dirigen mis dardos a la etnicidad ni religiosidad judaica, identidades de un pueblo heterogéneo, pero admirablemente apegado a sus milenarias tradiciones y costumbres, tampoco son los musulmanes árabes, persas o de otros tantos orígenes el gran peligro que nos intentan inculcar, dado que son ellos los únicos valientes que persisten en batallar contra el manifiesto imperio de la causa sionista, una causa que poco tiene que ver con Abraham, David y la nación de Cristo y que va más allá de la mera representación y titularidad del Estado de Israel, desligándose de orgullos de raza y territorios, para abrazar en cambio una estructura de manipulación, injusticias y usura globalizada. Es el Sionismo aquel peligroso gérmen que denuncio, instaurado en todo cuanto nos rodea, un gérmen de exclavitud que somete las actitudes de occidente y al no poder conseguir nada del pobre y radicalizado oriente (salvo la descarada extracción de sus hidrocarburos), lo sacrifica y acomoda de la mejor manera que convenga a sus intereses previamente trazados, tal cual llegó a sacrificar e instrumentalizar en algún momento las vidas de seis millones de judíos europeos, muertos en el Holocausto.

Ni Obama ni Sarkozy representan los intereses de sus respectivos países y gentes, no así del Sionismo bancario y de la política sionista internacional a quienes sirven gustosos, lo mismo va para sus contrincantes. La política nacional y global hoy en día es un teatro excecrable, el gran nido de culebras sobre el que convergen todas las maquinaciones del Nuevo Orden. Administra finalmente una dinastía de megaempresarios nacionales e internacionales que ocupan a los políticos de fachada, consorcios y coaliciones que liquidan toda posibilidad de emprendimiento limpio y apuestan en todo momento a dos estrategias nefastas: simulacro comunicacional de antagonismos internacionales a la democracia o a la libertad (cuanta razón tenía Jean Baudrillard) y sucios manejos políticos y económicos tras bambalinas.

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miércoles, 11 de abril de 2012

Principio Zen

En base a la sabiduría iniciática de Ejo Takata


Vacía la mente, ponla en silencio
Todas las respuestas están en tí...
Y en el fondo de tu alma mora
Dios.

Encamínate a las profundidades del
Ser,
Ilumínate para iluminar!
De nada nos vale el conocimiento, sino la sabiduría.

Aprende a callar, a hacer el bien e irradiar paz
Actúa sin prisa ni escándalo como manda la modesta conciencia
Las palabras se las lleva el viento...


jueves, 1 de marzo de 2012

El Islam: verdadera religión monoteísta

Descarga aquí el ensayo en .pdf

Dijo Cristo a una habitante de Samaria: "La salvación viene de los judíos" (y análogamente -debemos suponer- la perdición también).

Los judíos de Europa (producto de una prolongada racía entre sus homólogos de oriente con jázaros túrquicos, eslavos y germanos centroeuropeos y varios linajes mediterráneos, más nunca verdaderos semitas, ni el equivalente exacto de judíos orientales, árabes y arameos) fueron la primera nación en separar política de religión y vida mundana de fe, instaurando un proyecto que desde el siglo XIX será conocido por el nombre de Sionismo.

Es el Sionismo uno de los primeros discursos políticos globales (excusado en la religión y en la convicción de los judíos de ser el pueblo elegido por Dios), fundamentado en una manipulada liberación de las sociedades occidentales y en la conservación del statu quo espiritual hebraico, para que entre una creciente polación de infieles, agnósticos y ateos, sean los judíos dueños de un secreto ya revelado: "Sólo existe un único Dios y todo aquel que crea en él, será dueño del mundo", porque para el creyente (y en especial para los judíos) el mundo es nada y Dios lo es todo, no habiendo más jerarquía que una verticalidad existente entre Dios y el hombre. Así, el creyente es relataviamente libre de ataduras ante la sociedad, sus instituciones y caudillos y sólo a Dios debe rendir cuentas por sus actos, errores y omisiones, siendo su deber cumplir las promesas visadas ante la Divina Providencia, además de multiplicar los talentos y bendiciones aportados por Dios en pos del bien común y la filantropía. Sin embargo ahí donde el verdadero judaísmo exhorta a un acto de fe, el Sionismo promueve un "negocio de raza" y esto es, aprovechar el paulatino "atontamiento" de los infieles y la trivialización de sus vidas, para venderle toda clase de vicios e inducidas necesidades, de modo de generar riquezas aprovechando los vacíos en que estos intentan llenar sus vidas a falta de una espiritualidad fuerte como la judía.


Es por todos conocida la fuerte presencia de capitales e intereses judío-sionistas en la industria del entretenimiento global (cine, televisión, música y estílo de vida). Ya en las décadas de los '20, '30 y '40 del pasado siglo, detractores cristianos como el sacerdote argentino Julio Meinville y el empresario norteamericano Henry Ford eran tildados de anti-semitas (concepto muy antojadizo y del todo erróneo) por acusar al Sionismo de la destrucción deliberada de los valores cristianos y occidentales por medio del monopolio de la industria del entretenimiento y de los medios de comunicación. De modo, que si viene a ser cierto aquello de que la historia casi siempre se explica en un conflicto entre dos religiones, podríamos concluír que la nueva era (que se extiende desde la Revolución Francesa y la Revolución Industrial hasta nuestros días) es un conflicto entre las religiones monoteístas y el auge de un nuevo paganismo iconoclasta, financiado y procurado por el Sionismo, y cuyo fin último sería concebir la disgregación del mundo y la unidad inquebrantable de los judíos, titulares hace seis décadas de un Estado ilegítimo robado a Palestina y que corona la primacía del imperialismo sobre el Tercer Mundo.

Los hechos mundiales de los últimos tres siglos, obedecen sin duda a un muy bien elaborado plan sionista, que tuvo como punto de partida la Revolución Francesa, en ella tomaron parte ricos banqueros, mercaderes e influyentes intelectuales y filósofos judíos franceses y centroeuropeos, que más que hartados por el anti-semitismo, decidieron actuar por odio a la aristocracia y sus privilegios de clase, movilizando a toda una gama de movimientos populares (artesanos, pre-sindicalistas, pequeños comerciantes) de las ciudades y a la burguesía galo-romana. Tras esta intervención nacería el iluminismo occidental, hecho que se hizo expansivo a todas las luchas de liberación en el mundo: la Independencia de Estados Unidos y de los Estados americanos, la "Nahda" egipcia, etcétera.

Humanismo, "Liberté, Igualité y Fraternité" se convirtieron en los catalizadores del nuevo mundo secular. Un mundo que no tardaría en declarar la muerte de Dios en el ideario colectivo, retornando a una esclavitud invisible, pero igualmente agobiante: la idolatría al mundo y toda su intrascendencia. Mientras tanto la salvación, las verdades últimas y la paz del alma, quedaron confinadas a la Sinagoga y en último término a las sociedades filantrópicas como la Francmasonería, mezcla de humanismo secular, mística judía (esoterismo gnóstico), observancia y sincretismo religioso.

El Cristianismo por otra parte, y fundamentalmente la conservadora Iglesia Católica, ha sido desde entónces blanco de ataques y de una propaganda sediciosa en su contra, no extrañando en tanto el creciente desengaño y desafección de sus fieles, pues después de todo para que sobreviviera la nueva religión humanista y secular, debía necesariamente perder fuerza y tender a desaparecer la vieja religión dogmática espiritual. En otros términos, el nuevo orden de occidente implicó que la gran masa retornara a la idolatría del mundo material (una condición pre-cristiana), mientas una minoría inteligente y en algunos casos manipuladora, conservaba intacto el secreto de Dios y de la trascendencia espiritual, sobrando entre sus filas mercaderes de la iconoclastia (en adelante llamados "capitalistas"), que al igual que en el mercado político, aprendieron a negociar con las aturdidas esperanzas del populacho ignorante y acérrimo de una imágen, delineada de antemano y bajo mil nombres o formas, por turbios publicistas, enemigos de la humanidad.

Hasta bien avanzado el siglo XX, directa o indirectamente todas las grandes revoluciones desde la sublevación del Tercer Estado en la Francia "iluminada", guardaron relación con el Sionismo, la siguiente gran revolución: la Bolchevique, fue trazada también por bien posicionados estrategas e intelecuales judíos que decidieron un buen día acabar con la Rusia de los zares ortodoxos (cristianos) y llevar a la práctica un regímen ateo, fundamentado en una forzosa igualdad de clases y que tenía como hoja de ruta la utopía marxista (es por todos conocido, además, el orígen judío de Carl Marx, como para no ser tan ciego de concluír que "todo es simple coincidencia") e incluso podríamos aventurarnos a conjeturar más y decir que el Nazismo sirvió también a los intereses sionistas, pues tras este irreprochable acto de odio y patética xenofobia, Sion quedó al fin establecida en una tierra que a lo mucho hace siglos o tal vez NUNCA perteneció a aquellos judíos europeos (azhkenazíes) que se dicen sus dueños legítimos, por sobre una población autóctona aramea (los árabes palestinos) que sin duda podrían reclamar ser los verdaderos judíos, conversos al Cristianismo y al Islam durante siglos de ocupación extranjera, y que nunca abandonaron ni dejaron de ser los verdaderos dueños del territorio.

En cada uno de los eventos que forjaron el nuevo mundo (o Nuevo Orden Mundial) siempre figuraron judíos europeos: altos mandos reformistas, dictadores y revolucionarios como Lennin, Trotsky, Adolph Hitler (involucrado en algunas teorías de conspiración, como probable agente sionista), Mustafá Kemal (cripto-judío y responsable de la venta de territorios palestinos al Imperio Británico y sus socios, los colonos sionistas), Henry Kissinger (un promotor de los fascismos sudamericanos, que irónicamente se las arregló para obtener el Premio Nobel de la Paz), Paul Wolfowitz (secretario de defensa norteamericano durante la falsa "Guerra contra el Terrorismo" y mentor de muchas de las políticas genocidas de George W. Bush) y el conservador y declarado enemigo del Islam: Nicolas Sarkozy, Presidente de Francia.

La temprana piedra de toque a todas estas revoluciones e intereses de mundanalización global, la encarnó sin duda oriente y en especial el Mundo Árabe-Islámico. Hace más de dos siglos que Europa y occidente vienen intentando insertar (sin éxito) al Mundo Islámico en su area de influencia, estableciendo regímenes piramidales que promueven la separación de la vida cívica de la fe, pero el Islam es un nombre glorificado que (al igual que el Cristianismo y Judaísmo originales) implica y significa: "Sumisión a Dios". Para el Islam no hay separación posíble entre vida y fe, Dios y mundo, pues sólo concibe en Dios al único y gran jerarca del Universo y en el hombre como tal, un segundo al mando. De tal forma que el Islam es en esencia (aunque las campañas de desinformación pretendan hacernos creer lo contrario) la religión más humanista y liberal entre lo que queda de los tres monoteísmos abrahámicos, también llamadas "religiones del libro".

Si el Cristianismo conoció en su época más oscura el exacerbado poder de reyes y papas, como así mismo una iconoclastia o divinización intermedia de angeles y santos, para el Islam en cambio, no existe más divinidad que Allah (y Muhammad es su mensajero) y sólo a Allah es a quien ha temerle el hombre y el único de quien debe procurar consentimiento... son sólo los ojos de Allah los que deben pesar sobre la conciencia humana y no las moralidades cartuchas, ni las extremas consideraciones sociales. El musulmán verdadero es un ser libre, regido por su libre voluntad y por sus propias reglas, siempre y cuando no olvide que los ojos de Dios (el único ser en el que reconoce superioridad) estan posados sobre él y que es Allah quien tiene siempre la última palabra, a él y a nadie más que a él deberá rendir cuenta en todo mometo y al final de sus días, por cada una de sus decisiones y actos, llamados a ser justos y fraternales, de modo que para glorificar a Dios, el musulmán (como cualquier otro buen creyente) debe procurar la paz y actuar en conformidad con el bien de la humanidad, ser siempre un aporte.

Mundanalismo, arrogancia y avaricia son males que aferran a esta vida y alejan al hombre de Allah. El buen musulmán, sin dejar de hacer y de vivir como cualquier mortal, sabe discriminar entre las cosas que no le llevan a nada (más que a un injustificado sufrimiento) de aquellas verdades divinas que atesorará en su alma de esta a la otra vida. En "La Justicia Social en el Islam", el pensador islamista egipcio Sayyed Qutb (mentor del movimiento Hermanos Musulmanes) nos advierte que el Islam es incompatible con el mundanalismo occidental y cómo pese a ser occidente la cuna del liberalismo y del socialismo, el Islam los supera ampliamente, pues todo buen musulmán sabe preocuparse por evolucionar indiviudalmente (encaminarse a la perfección divina) y a la vez dirigir sus talentos y energías a la comunidad (la Umma), de modo que la fe irrestricta en el Dios único logra por sí sola que el hombre sea a la vez de un gran liberal (porque se preocupa de crecer y de aprender cuanto más pueda en esta vida) y un socialista consciente que entiende que una vida para sí mismo no tiene ningún sentido y que todo proyecto emprendible (negocios, familia, defensa de la patria, etcétera), debe ser pensado como un aporte a la colectividad.

La presencia imperialista en el oriente, sin duda ha desvirtuado al Islam, inclúso entre los propios musulmanes, muchos de los cuales han optado por manifestaciones de extremo conservadurismo (Wahabismo, Salafía, etcétera), de modo de no caer víctimas de la mundanalización occidental... inclúso los movimientos reformistas en Egipto, Siria, Argelia, Marruecos, etcétera, mucha culpa han tenido en enajenar al Islam y alejarlo de su verdadera dimensión libertadora, hasta convertirlo en un movimiento reaccionario, abanderado en la lucha del Tercer Mundo contra la explotación centro-periferia. Por otra parte, la dura represión de la que son víctima a diario las sociedades musulmanas (desde hace más de un siglo) es una manifiesta herencia de los artificiosos procesos de autodeterminación presionados por occidente (crear Estados de la nada) y puesta en escena de gobiernos de minoría -en asociación con las FF.AA.- fieles al statu quo post-imperialista, y sordos ante las demandas populares. Ante esta verdad, surge el fanatismo islámico, que responde con la misma moneda en la que fue pagado desde un principio: con violencia!

Ha sido un error histórico, pero premeditado considerar al Islam contrario a los valores republicanos y a la democracia. Sin duda, el dogmatismo exacerbado (signo de una enfermedad en la religión) no es ninguna solución a fluir con los tiempos y evolucionar conforme a cómo avanza el mundo y esto lo aprendieron muy bien hace un tiempo las estancadas sociedades cristianas del sur de Europa. Sin embargo, no es menos cierto que el republicanismo y la democracia no nacieron de la nada y tienen su orígen en la dialéctica cristianismo-mundanalismo-sionismo, en un constante proceso hegeliano de tesis, antítesis y síntesis, de tal forma que no es nada extraño que las primeras constituciones europeas y occidentales comiecen señalando el nombre de Dios y la idea de igualdad entre todos los ciudadanos, más allá de razas y confesiones. Ese matíz no nació de la nada, es la resultante de siglos de humanismo judeo-cristiano en occidente, algo del todo semejante al humanismo en el Islam.

La razón por la que Islam en sus distintas vertientes se ha radicalizado en algunos países (principalmente en Arabia Saudita, Irán, Pakistán, Argelia o Marruecos) obedece más a una rebeldía de tipo político que a un rescate de la tradición o verdadera comprensión del Corán o algunas de sus suras... la verdadera ciencia del Islam la cargan los sufíes (místicos) y ellos concitan a vivir el mundo con la simpleza de los niños: en plenitud y como una gran aventura, saboreando cada derrota y triunfo, alegrías y tristezas, privándose de placeres cuando corresponda (en el mes del Ramadán y algunas otras celebraciones oficiales) y a vivir un verdadero carnaval de los sentidos cuando también corresponda. Después de todo en ello consiste la belleza del ritual, en que la vida no es plana y que estamos obligados a embebernos en cada una de las instancias (abundancia, carencia, sabiduría, ignorancia, niñez, juventud, vejez, vida, muerte...) el Islam como verdadera religión monoteísta nos invita a vivir en plenitud todo lo bueno y lo malo que nos traiga la vida, más nunca olvidando que lo único valioso que nos llevaremos al final de esta, llegó con nosotros y siempre estuvo en nosotros. Aquí radica el gran secreto que algunos quieren robarnos: ¡Allah Akbar!; ¡Dios es el más grande!

"A muchos de la gente de la Escritura les
gustaría hacer de vosotros infieles después de
haber sido creyentes, por envidia, después de
habérseles manifestado la Verdad. Vosotros,
empero, perdonad y olvidad hasta que venga
Dios con Su orden. Dios es omnipotente".

SAGRADO CORÁN
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martes, 31 de enero de 2012

Viaje Cósmico

"La vida no es más que un breve viaje por el eterno fluir de un mar incierto, el cuerpo la nave, la mente el timón y el corazón la brújula. Capitanea el alma.

Sólo soy un viajero de paso por este mundo, mi viaje será corto y debo ver y disfrutar cuanto pueda"


Anónimo árabe, siglo XIV

sábado, 28 de enero de 2012

CONCIENCIA


Conciencia es aquello que nos construye, inquiere la gnósis universal, nos timonea y edita nuestro mundo interno/externo
Conciencia es luz, alma máter, Dios.

Infelices y criminales son en general quienes silencian su conciencia, tal como el moralista o los religiosos dogmáticos, cuyo patrón conductual nos es de autofidelidad ni de harmonía con el Universo, sino una esclavitud o vasallaje intrínseco a las estructuras de dominación del hombre por el hombre.

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lunes, 9 de enero de 2012

The Self Made Man (El Hombre Auto Hecho)

No existe obra alguna en esta vida, que no haya sido edificada con base en la voluntad, la obstinación, la búsqueda de la belleza, del equilibrio y de la harmonía, la devota entrega, un plan trazado -y rigurosamente ejecutado- y el correcto manejo del tiempo y de las fuerzas destinadas a hacer realidad el sueño (organización).

Así mismo, Dios trazó el Universo bajo los principios de la matemática pura y hermética que no deja nada al azar (ni tiempo, ni dimensión, ni espacio), cada loma, cada llano, cada cristal de nieve, los mares, las especies, el hombre... consciente este último del principio universal, se hizo arquitecto, constructor y albañil de la gran obra humana (réplica imperfecta de la divina) para aprecio y usufructo de sus pares y como legado a su descendencia. A ella se sumaron operarios, compositores, artistas, diseñadores, escritores, entretenedores, alquimistas y científicos: toda la raza humana invitada a aportar su grano de arena... el Partenón, el Foro Romano, La Capilla Sixtina, los instrumentos del Luthier, la música de los juglares, la Mecánica Cuántica, la Teoría de la Relatividad... todo es un humano devenir, una oda, una interpretación que hace el hombre de lo divino.

Una vez descubres las herramientas con las cuales has de construírte a ti mismo, comienza tu aporte a la gran edificación humana. Tributo a Dios (Deísmo) y a la sociedad en su conjunto (sin distinciones de razas, credos, culturas, religión ni países) a quienes te debes primero: te iluminaron y desde tiempos inmemoriales develaron las técnicas y herramientas que tu mismo has de poner en manos de quienes te sucedan. Porque nada nace en el vacío, salvo la voluntad (Dios hecho verbo), el hombre auto-hecho es resultante de una voluntad de vida y construcción interna-externa sobre la estructura perfectible e inacabada del SER, síntesis de todo lo humano y lo divino.