domingo, 28 de septiembre de 2014

Teorías y supuestos: ¹El origen celta de Jesucristo

La cruz celta, sus motivos fueron reivindicados en la Edad Media por el Temple francés

Más de la mitad de mi vida he estudiado la historia con total fascinación; indagar la grandeza del Imperio Romano, los misterios de Egipto, la magia de los babilonios, el fascinante mundo de los persas, las proezas de Alejandro Magno y la expansión de la cultura griega, los reinos germánicos y su aporte a la moderna matriz Estado-Nación, el Mundo Musulmán y las grandes urbes del conocimiento medieval: Bagdad, Damasco, Al Andaluz, el Renacimiento y el revenir de lo helénico, el descubrimiento de América, las culturas precolombinas, la Era Moderna, la Revolución Francesa, el iluminismo y la Independencia de los Estados Americanos, la Revolución Industrial, la Primera y Segunda Guerra Mundial... en fin, la historia lo es todo para mí, en especial porque mis orígenes raciales/culturales están en el viejo mundo donde el legado de todas las épocas convive con el presente y a menudo le sirven de referencia.

Pero así como existe una historia oficial, que se encuentra registrada en los libros y ha sido complementada con la arqueología y la tradición oral de los pueblos, existe también un "lado B" que da vida a versiones más heterodoxas de la historia, las cuales -si bien pueden dar espacio a las más disparatadas teorías- comúnnmente tienden a incomodar a la oficialidad, pues sin duda, en contadas ocaciones, ponen mayor claridad sobre los baches y sombras de muchos eventos históricos, apenas parcialmente explicitados por la historiografía oficial. 

Es un hecho, por ejemplo, que las grandes pirámides de Egipto no son las tumbas de farahones (como aún sostiene la oficialidad) sino templos de iniciación y magia, posicionados y construídos severamente sobre puntos de energía terrestre a modo de máquinas o generadores eléctricos. Se sabe que la técnica templaria empleada en las pirámides de Egipto fue imitada por los judíos en el mítico Templo de Salomón, construído en Jerusalén hacia el año 1000 antes de Cristo y varios siglos más tarde pasaría a formar parte de los misterios islámicos y cristianos, particularmente de los gremios de constructores, conocedores y empleadores de la llamada "geometría sagrada": técnicas, medidas y conocimientos ancestrales, en armonía con la perfección del Universo, que establecen los parámetros bajo los cuales fueron construídas las principales mezquitas del Mundo Islámico y las grandes catedrales de Europa. Llama la atención que el lugar de emplazamiento del antiguo Templo de Jerusalén se encuentre disputado desde la temprana Edad Media por el ideario de tres religiones (judaísmo, cristianismo e islam) en lo cual muchos historiadores heterodoxos como Mariano Fernández Urresti ven una causal esotérica: la de ser un centro de poder, es decir un verdadero imán espiritual que le convierte en punto de peregrinación obligado, a la par de construcciones templarias posteriores como la Kaaba o los templos del Camino de Santiago.

Ciertamente, el lado heterodoxo de la historia complementa y permea el conocimiento oficial con ideas interesantes, considerables y no pocas veces revolucionarias, una de ellas es la que hoy quiero presentar: la teoría del origen celta de Cristo, una teoria aún subterránea pero apoyada de sólidos fundamentos históricos y por la espiritualidad contrastante (en relación al judaísmo) del propio Cristo, registrado en las escrituras del Nuevo Testamento.

La de los celtas es tal vez una de las culturas más infravaloradas de la historia, dada a conocer principalmente por testimonio de los historiadores romanos. Provenientes de la Europa Central (Actual Francia y parte de Alemania) se extendieron hacia el norte por las islas británicas, hacia el oeste por la península ibérica, hacia el sur por la Padania (norte de Italia) y hacia el este por los Balcanes, incursionando inclúso hacia Grecia y fundando colonias en la Anatolia Central (Actual Turquía), la que recibió el nombre de Galatia. Sus incursiones por el este del Mediterráneo, los llevaron inclúso a fundar pequeñas colonias cerca de Gaza y en la Palestina histórica, una de las cuales habría sido Nazaret, pequeño villorrio ubicado en las colinas de Galilea (nombre que hace referencia a los galos = celtas) donde habría nacido el Mesías cristiano.

"Suicidio de un gálata", estatuilla griega que plasma el conflicto histórico en que muchos de los celtas anatólicos prefirieron el suicidio a entregarse a sus enemigos helénicos.

Se sabe además sobre la vida de Jesús, que este no estuvo cuadrado en ninguna de las principales facciones religiosas del judaísmo: ni saduceos (judíos ortodoxos) ni fariseos (judíos helenizados y heterodoxos) y que habría pertenecido, en cambio, a la secta de los esenios: un cultivo de influencias filosófico-espirituales helénicas, persas e inclúso egipcias, que era vista por el común de los judíos como una infiltración gentil. De Nazaret y otras regiones palestinas por las que transitó Cristo, conviene saber también que estaban habitadas por un alto número de gentiles (extranjeros), por lo que muy probablemente a su llegada a Jerusalén, Jesús fue considerado gentil y por la misma razón -atestiguan las escrituras- se le vió y trató con recelo entre los judíos. Jesús mismo se nos refleja particularmente distinto de los judíos, cuando se refiere a ellos en tercera persona, ataca en el Templo a los fariseos, a quienes llama "hijos de su padre el Diablo" o cuando pronuncia la parábola del Buen Samaritano, otorgando consideración a una nación -si bien desprendida del tronco israelí- odiada por el común de los judíos.

En los tiempos de Cristo la Palestina histórica formaba parte del Imperio Romano, sin embargo este no había logrado influír aún sobre su cultura e instituciones, a diferencia de la cultura greco-helénica instalada en la región desde la invasión de Alejandro Magno y la instauración del Imperio Seléucida que movilizó gran contingente de griegos, macedonios y sirios por la región. En ese contexto nace Jesús, en un mundo convulsionado y cargado de influencias, de religiones y cosmovisiones contrastantes, con la mitad del pueblo judío radicalizado políticamente y sus altos cargos, rendidos al poder romano. Entre tantos pseudo-profetas, guerrilleros y estafadores que prometieron salvar al mundo judío de sus dominadores, unos pocos vieron en Jesús al Mesías, pero la gran mayoría lo despreció, lo cierto es que Jesús hizo suyo un ministerio distinto del judaísmo, manifestando a un Dios tolerante y pluralista al que no llamó Jehová sino Padre y que más se asemeja al Aura Mazda de Zoroastro, es decir al Dios Luz de la tradición ario-iránica, que es el mismísimo Sol Invíctus, adaptado por Constantino como eje de la Iglesia Romana.

"Yo soy la luz del mundo, quien me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá luz de vida" nos dice Jesús, convertido ya en el arquetipo ario de Cristo en Juan 8:12, lo cual sin duda es una referencia o devenir del mitraísmo o más bien del mazdeísmo iranio que concibe la existencia como una lucha entre la luz (el bien supremo) y la oscuridad. Otro hecho significativo que alimenta las pistas sobre el orígen zoroastriano del cristianismo, es el hecho de que el día de su nacimiento (25 de enero, coincidente con las fiestas solsticiales), el niño Jesús -nos cuenta la Biblia- fue visitado por tres reyes magos, provenientes de Persia que pusieron a sus pies regalos que huelen a simbolísmo alquimico: Oro, Mirra e Incienso.

De algún modo u otro, todo lo que rodea la vida de Cristo y su cisma del judaísmo tradicional, se encuentra copado de referencias a la espiritualidad aria, lo cual -a mi entender- explica el hecho de que poco tiempo después del sacrificio del Mesías cristiano, el Imperio de Roma, bajo el mando de Constantino adaptara la figura de Jesús-Cristo y la fusionara con el arquetipo del Sol Invictus, máxima espiritual de los romanos y de los pueblos arios de todas las épocas y latitudes, incluídos los hitititas: parciales ancestros del pueblo judío. Siglos más tarde, en época de las cruzadas, San Bernardo de Claraval y la orden del Temple (los caballeros Templarios) provenientes del este de Francia, aún siendo cristianos acérrimos como dictaba la época, parecieron interesados por conectar sus hallazgos en Tierra Santa con la vieja tradición druídica de los celtas, es así que el valle de Claraval se encuentra emplazado en un pantano, que en tiempos pre-romanos habría sido un enclave de poder para los cultos celtas, lo mismo la iglesia gótica de Chartres, construída con fondos templarios y bajo preceptos de la "geometría sagrada" que -supuestamente- los templarios rescataron de los planos originales del Templo de Salomón en Jerusalén, Chartres fue construída sobre las ruinas de un templo druida, donde tiempo más tarde sería encontrada la figura de una venus o virgen negra.

Otro tanto se ha dicho de la descendencia del Mesías, existiendo el supuesto de que entabló unión con María Magdalena y que la descendencia de ambos (el Santo Grial = Sangre Real) emigró al sur de Francia, donde curiosamente floreció la secta cristiana de los cátaros (exterminados por orden de la Iglesia de Roma hacia el siglo XII) que practicó un cristianismo de humildad (semejante a la posterior Orden Franciscana), en contacto con la naturaleza y lleno de preceptos gnósticos y dualistas, que recuerdan a la filosofía esenia. Una vez más, las Galias y el Mundo Celta entabla contacto mítico con el Cristo de Galilea como dos polos de energía que se atraen mutuamente, Será Jesús ¿un probable descendiente de los celtas?, ¿el nuevo Zoroastro? o ¿la encarnación de Ahura Mazda?, lo único certero es que Jesús-Cristo, a diferencia de los profetas de Israel, democratiza a Dios y lo desvincula del supuesto monopolio de una "nación elegida" como hace el judaísmo, para reflejarlo desde entónces como el padre de la creación y por tanto de toda la humanidad, ¿será por eso  que el Talmud y el Sionismo desprecian al Salvador, que el Islam místico espera su segunda venida junto al Mahdi o que la Iglesia Romana y la Ortodoxa -a diferencia del cristianismo evangélico filosionista- no puedan ocultar el ser abiertamente antisemitas?

Vista desde las montañas de Galilea, en la actual la Israel, la eterna Palestina