viernes, 6 de mayo de 2011

Falsas apreciaciones sobre el "Mundo Árabe"

Llama la atención que a raíz de la muerte (o "ajusticiamiento") de Osama Bin Laden, los medios de comunicación de masas hayan especulado tanto sobre potenciales reacciones de causa-efecto que podrían llegar a ocurrir en los países del mal llamado "Mundo Árabe", como si esta fuera una región simple de analizar en tales términos o que "lo árabe" constituyera una especie de identidad supranacional tan fuerte que se sobrepone a la metafísica del Estado o de las naciones.

Conviene poner luz sobre conceptos mal empleados: el árabe no es una raza, ni una cultura en particular, sino simplemente un idioma que se extiende desde Marruecos a Omán, en ningún caso se trata de una comunidad homogénea, por tanto emplear el término con liviandad, como hacen muchos medios inescrupulosos e ignorantes, es tan descabellado como suponer que los 350 millones de hispano parlantes en el mundo, formamos todos parte del mismo colectivo, de manera que un boliviano es el equivalente exacto de un español o un cubano lo mismo que un chileno. Yo diría que es más disparatado aún y sería comparable a suponer que los portugueses y los suecos (por ejemplo), deben tener muchos patrones en común, por el sólo hecho de pertenecer en el papel a Europa, algo absolutamente ridículo. De esta manera hablar de "Mundo Árabe" es inexacto y aberrante, además de prestarse a muchas confusiones, ya que un criterio tan básico como el idioma oficial de un Estado - o de varios -, no es dato suficiente para que pretendamos comprender dentro de un todo, una suma de realidades concretas y complejas.

Si los 800 años de dominación árabe en España no hubieran terminado tan abruptamente con la reconquista cristiana, probablemente el árabe sería hoy lengua oficial del país, al menos en la región de Andalucía, que perteneciera al Califato de Córdoba. Así sea dicho, España o parte de ella sería considerada perteneciente al "Mundo Árabe", aunque 800 años de arabización no hubieran pesado más que los miles de años de historia europea y mediterránea de este país de la Europa Septentrional.

Otros territorios corrieron con menos suerte que España a la hora de librarse de la islamización y arabización, creando factores de resistencia hasta hoy persistentes y así al menos se comprende la accidentada historia de países como el Líbano, que tras siglos de romanización y adhesión al Imperio Bizantino, terminó siendo capturado en el siglo VII por los conquistadores árabes que impusieron el Islam como religión privilegiada (y excenta de algunos tributos) y el árabe como lengua oficial... a lo largo de los siglos los cristianos del Líbano nunca cortaron los lazos con occidente y las muchas pugnas internas que ha librado el país a lo largo de los años, son un fiel reflejo de su crisis identitaria, producto de la diversidad a la que ha estado sujeta la región desde tiempos inmemoriales.

En las imágenes, seis diferentes fenotipos de los árabes: 1) Un druso de Siria, con evidentes rasgos nórdicos y blondismo, 2) Un cristiano del Líbano de frecuente aspecto dinárico o alpinoide, 3) Un beduino de jordania, típico caucásico semita o mediterráneo, 4) Un bereber de Marruecos, 5) Un habitante de Yémen (árabe puro), 6) Nubio de Egipto (mezcla de bereber con raza negra)

Conservo fresca en la memoria palabras de mi papá y de una amiga que en situaciones distintas me expusieron la siguiente idea: "si los árabes se unieran, otro gallo cantaría" y aunque esto ha ocurrido eventualmente - por ejemplo en la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando una confederación de estados árabes, constituída por Egipto, Siria, Jordania e Irak decidió enfrentarse sin éxito al Estado de Israel - la idea o el concepto no es más que una simple utopía, algo tan idealista como el sueño bolivariano y la supuesta "fraternidad latinoamericana", la cual tuvo su periodo de prueba con la Guerra de las Malvinas de 1982, aunque en tal caso ni siquiera existió unanimidad en la condena diplomática de nuestros países, ni brotaron sentimientos de latinidad para expulsar de territorio sudamericano a un estado imperialista, que recordaba en todo la histórica imposición europea sobre nuestro terruño. Tales utopías parece que sólo caben en corazones románticos o cabezas un tanto retrógradas como la de Hugo Chávez.

Evidentemente, el orden de cosas destacado arriba tiene más posibilidades de ocurrir en casos puntuales donde existe un sentido de identidad común y hermandad bastante amplio entre las naciones, como por ejemplo el caso de la Alemania de la posguerra y Austria, España y Portugal o Argentina-Uruguay, la situación de los estados árabes, sin embargo es muy distinta y esto puede deberse a toda suerte de fricciones internas que no permiten a los gobiernos expresar decisiones unánimes en materia de política internacional ni diplomacia, como así mismo el hecho de que muchos estados fueron desde el principio mal delimitados por la política idealista de autodeterminación de Roosvelt, que dividió naciones que tenían bastante cohesión y unió a otras que tenían poco o nada en común, y por sobretodo a que más allá de una lengua en común, no existen muchos más criterios que definan la identidad árabe. El esquema racial del segundo cuadro de este post, pone en evidencia física este enfoque de análisis.

De los estudios de Carleton S. Coon, Cavalli-Sforza y otros clásicos genetistas y antropólogos raciales, se deriva que en términos étnicos la región árabe-parlante, consistente en parte de Medio Oriente y el Norte de África, puede ser dividida en a lo menos otras seis o siete sub-regiones, las cuales son: 1) Costas mediterráneas de Noráfrica, 2) Sahara y Libia, 3) Egipto, 4) el Levante árabe (Siria, Líbano y Palestina), 5) Irak-Jordania y 6) la Península Arábiga. Cada una de estas regiones se encuentra bien demarcada histórica, cultural y genéticamente, sin embargo esta clasificación es por lo bajo simplista e inútil, puesto que en el "Mundo Árabe" y el Medio Oriente en general, son otros criterios los que mandan y tienen mucho más peso que los hilos de la sangre o de la historia, particularmente lo tocante a la religión. En el sur del Líbano por ejemplo, los grupos chiítas se identifican mejor con el Estado de Irán (país no árabe que tiene por oficial esta religión) que con otras facciones religiosas de su misma raza o país, como son por ejemplo los cristianos libaneses, los musulmanes sunitas o los drusos. Razones como esta implican que la guerra civil sea una amenaza latente y que la identidad libanesa (unicidad en la cultura, la política o la raza) quede relegada a un segundo plano.

Como pueden apreciar, el concepto "Mundo Árabe" deviene en tanta complejidad que no corresponde aventurarse a emplearlo a tontas y locas, sin conocer los mínimos patrones históricos y culturales que pesan en la idea de identidad común de los árabes (árabes parlantes). Y mucho más complejo aún es abrirse al concepto de Medio Oriente y extender el mapa geopolítico a estados como Israel, Irán, Turquía, Armenia y un etcétera que puede prolongarse a todos los estados de Asia Central, dependiendo de cuanto estiremos el chicle conceptual. Como respuesta a un escrito que leí esta mañana en la BBC Online y que tenía por título "La muerte de Osama Bin Laden no genera muchas protestas en el Mundo Árabe", sólo me queda replicar: ¿Esperaban que sí? y ¿En báse a qué criterio de lo árabe?, además de aplicar una simple analogía: Si se considera natural que los árabes del mundo quieran tomar represalias por la muerte de Bin Laden, caído en un operativo norteamericano, ¿Porqué ningún latinoamericano vengó entónces la muerte del Ché Guevara o la de otros tantos disidentes nuestros que en su momento se encargó de eliminar la CIA?.- GENERALIZACIONES E IGNORANCIA, el periodismo estúpido y etnocentrista de siempre que no es capaz de profundizar ni ver más allá.