viernes, 7 de octubre de 2011

El Newton tecnológico

La manzana: curioso elemento en la simbología occidental. "Fruto prohibido" y origen del pecado original (tentación lujuriosa) según la moral del Antiguo Testamento y azarosa llave a través de la cual Sir Isaac Newton descubrió una de las principales leyes de la física: la gravedad. Todo en medio de una era marcada por la intransigencia de "los años oscuros" de la inquisición y de la anti-ciencia, que encarnara la baja Edad Media.

Ya en el tramo final del Siglo XX y en esta llamada Post-Modernidad, vuelve a surgir el símbolo de la manzana, aunque de forma mucho menos transgresora -al menos en apariencia- que en los siniestros años del teocentrismo occidental. El emblema Apple representa mucho más que una simple marca tecnológica (probablemente la más prestigiosa, vanguardista e innovadora del mercado), es también la representación misma del paradigma tecnológico de los tiempos modernos, de aquellos usos que a muchos en el mundo entero nos han facilitado la vida, pero que a otros tantos (y con esos tantos me refiero a agentes secretos, instituciones no transparentes y hasta Gobiernos totalitarios o paternalistas) no les es naturalmente nada amigable.

Principal responsable en la implementación -universal- del nuevo paradigma tecnológico (que según algunos historiadores es el clímax del proceso de Revolución Industrial) fue el hombre que partió de este mundo el pasado 5 de octubre: Steve Jobs. Hijo no reconocido de un inmigrante sirio, adoptado y criado por una familia de armenios; su historia se ejemplifica en la "Gran Babilonia" que representan hoy en día los Estados Unidos, donde gran cúmulo de comunidades -provenientes de todo el globo- contribuyen de forma directa o indirecta al esplendor cultural del país-mundo, en un proceso que no es más que la constante dialéctica entre usos y costumbres de las naciones originarias.

Nadie duda que partió un grande, incluso algunos han osado con compararlo con el gran Albert Einstein: padre de la Teoría de la Relatividad (fundamento ideológico de mi escuela favorita del pensamiento liberal: el Perspectivismo) y el hombre que reconcilió a Dios con la ciencia. En adelante, el logo de la manzanita impreso en celulares, computadores, iPods y demás insumos tecnlógicos de uso personal, nos recordarán siempre la que fue su apasionada gestión en vida: aportar a la innovación y al progreso del paradigma tecnológico, del que apenas precenciamos la apertura. Y tal como leí por ahí, en un sitio tan insignificante como este: "primero vino el fuego, luego la rueda, después la escritura, más tarde la imprenta, el avión, los satélites y la computadora Apple". Gracias Steve Jobs!