martes, 4 de noviembre de 2008

Hoy Obama, podría hacer historia






Claramente hoy no es un día cualquiera para la política norteamericana. El día de hoy está en juego una elección decisiva en la que muchos temas de relevancia convergen: desde la actual crisis económica por la que pasa aquel país, hasta la legitimidad democrática misma.- Hace sólo unos veinte o treinta años, habría sido impensable que un afroamericano tuviera oportunidad de ser el presidente del país más importante del mundo y hoy 4 de noviembre de 2008, Barack Obama está a un paso de hacer historia, algo no menor para quienes creemos en los fundamentos de la democracia liberal, más que como un simple saludo a la bandera.
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No cabe duda de que el candidato demócrata posee más estampa que cualquiera en la representación de su partido, una postura que mezcla (mediáticamente) las bondades de un John F. Kennedy con las del mismisimo Martin Luther King. Visión conciliadora que invita al complejo mosaico de gente de distintas procedencias, que votan actualmente en el país, a decantarse principalmente por el candidato de color. En este mismo sentido, hoy seremos testigos de la relevancia creciente del voto latino.
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Pero a la luz de lo que es la política norteamericana, es imposible que un triunfo de Obama marque una diferencia notable con la administración Bush. Es cierto que la facción demócrata es por naturaleza la más liberal y a la que ergo, más se han adherido históricamente los inmigrantes, por representar justamente aquella visión de un Estados Unidos pluralista y constituido sobre la base de la igualdad jurídica, las oportunidades y la prosperidad individual. Sin embargo estamos frente a un país en crisis, que buscará lograr estabilidad por sobre cualquier iniciativa partidista, lo que supone una estrecha y hasta más inusual cercanía con los republicanos.
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La importancia que esta elección reviste para el resto del mundo y para Latinoamérica no es menor. El triunfo de Obama quedaría hipotecado en cierta manera al voto latino, por lo que sería esperable una mayor cercanía de su administración al continente y hasta una mayor consideración posible al tema siempre sensible del bloqueo cubano.
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Con respecto al resto del mundo, no es de esperar una total retirada de las fuerzas desplegadas en Irak y Afganistán, pero si un mayor desinterés respecto a mantener vigente la corrosiva presencia militar, por lo que la retirada sería un hecho, aunque paulatina, más aún considerando el gran costo económico que esta le significa a un país en crisis.