domingo, 28 de diciembre de 2008

¿Porqué tanta bronca contra el guatón Melnick?

Permítanme porfavor manifestar algún sesgo político (por ende opiniones poco objetivas). Bueno en realidad da lo mismo, en este blog con reatrolimentación cero y carente de comentarios a favor o en contra, yo me sigo tomando la palabra y me doy libertad de escribir las sandeces que se me ocurran y punto, aunque ¿sandeces?, no creo que lo sean tanto.

Me parece que a la sociedad chilena hace rato perdió el norte y hoy como antaño vuelven a contrastar la utopía con la realidad. Que poco práctico es el discurso colectivizante de los políticos, lleno de buenas intenciones como el infierno mismo y cargado de un peligroso idealismo socialista. Y pobre del que no comparta las ideas inconexas de ese discurso mecánico y populista porque a ese inmediato le atribuyen la pesada carga de "pinochetista", como si la triste derecha de este país (menos triste que la izquierda por cierto) no fuera igual de instrumental de lo que es y ha sido la Concertación desde 1990 a la fecha.

Hay que ser realistas, la derecha en este país está perdida. Sino se suben al tren de los socialistas y absorven por osmosis sus discursos e iniciativas, jamás van a gobernar Chile, no al menos su clase política (igual de desgastada que la Concertación) y esto han hecho últimamente. El mismo Sebastián Piñera aprendió a disfrazar sus verdaderas iniciativas en un "discursillo" que en nada se diferencia del de los políticos que nos han gobernado durante casi 20 años y con los cuales ya muchos quieren barrer por sanidad del país, de la vida política y en general de la transparencia.

No es mentira que la política chilena como la hemos conocido en los últimos años, está anunciando escandalosamente su desaparición como en la crónica de una muerte anunciada. Ya no nos sirve realmente, no a un pueblo más maduro, más independiente, más libre, más individualista, que siente una mayor lejanía con el Estado, un pueblo que ni siquiera se moviliza para votar porque no le interesa realmente, se saben más dueños de sus destinos y es de esperar que ya no se permitan llevar por criterios tribales o por la tendencias masivas (como ocurrió hasta los años sesenta) de las cuales su mentor ha sido siempre un caudillo en el puesto de Presidente de la República, el pater familis, la encarnación de Diego Portales.

Ya no necesitamos a ningún Diego Portales, sino analicen y expliquénse el fracaso actual en la popularidad de Ricardo Lagos o la fascilitada ascendencia de Bachelet a la moneda, una mujer en un país históricamente MACHISTA. No es simplemente raro, es señal de un cambio, de un cambio radical e importante.

Ricardo Solari y su álter ego: Mafalda.
.
En este nuevo Chile, se hace más evidente que existen materias que ya no pueden prestarse más a criterio de los partidos políticos. El buen manejo económico en los años de la democracia, guste o no guste, fue la mejor herencia de la dictadura, pero no un logro de los militares (los militares no existen para concebir logros en la vida cívica) sino de economistas eficientes, doctorados en Harvard o Chicago a fines de los setenta y principio de los ochenta. La Democracia Cristiana lo hizo extremadamente bien para mantener la regularidad del modelo, por mucho que algunos personeros del partido lo critiquen, pero se hace innegable que la DC en más de un sentido es mucho más cercana al espectro de la derecha y curiosamente de la derecha conservadora, que a la ala izquierda concertacionista, con la cual se ha mantenido debilmente unida durante todo este tiempo.

Sin embargo la politica antigua, esa con un dejo de demagogia irresponsable, anduvo regresando con los gobiernos socialistas (Lagos-Bachelet) y no necesariamente por responsabilidad de sus principales caudillos, cuyos empujes doctrinarios en mucho les cobraron la cuenta. Pero que diputados/personajes como Navarro, Carlos Ominami o los más ridiculos Marco Enrriquez Ominami, Alvaro Escobar y Ramón Farias, tengan voz en algún gobierno es francamente surrealista y más aún que revistan credibilidad para ciertos sectores. Eso para mi al menos es una pésima señal.

Y no voy a presentar el argumento a favor de la Derecha, por que por ese lado las cosas (hace tiempo) marchan igual o peor. Todos los partidos están contaminados con esa nueva demagogia, con esa farandulización que avecina hace tiempo el ocaso de la política nacional y aún así, con toda la ignorancia y la falta de profesionalismo que esto conlleva, muchos pseudo-políticos y parte de la opinión pública (que pesa menos que un paquete de cabritas en este país) se dan el gustito de basurear a la poca gente objetiva, a esos pocos que cargan con una luz de realismo porque saben de lo que hablan, comprenden que un país no vive de ilusiones sino de tareas y de reformas concretas, que ataquen el hambre hoy y nos auguren también pan para mañana. En síntesis del realismo que necesita la política, porque la política es el "arte de lo posíble" y no "el arte de la oratoria".

En relación a lo ya dicho, mi pregunta el día de hoy es, ¿Porqué tanta bronca contra Sergio Melnick?. El actual panelista de Manos Libres de Megavisión parece tener a todo el mundo en su contra, entre los mismos panelistas (con cierta excepción de Constanza Stipici), la gente en la calle y hasta ciertos personajes públicos que se la han ido en contra. ¿Porque no se ponen a analizar mejor el populismo asqueroso de Ricardo Solari (alias Mafalda) o la poca convicción de Ximena Rincón?, ¿Es razonable dar más asidero a la utopía que cargan en las mentes estos personajes en lugar de las verdades que dice Melnick?.

Si soy de los pocos que da crédito a Melnick no pienso que este mal, es que decididamente nunca me tragué las quimeras del político chilensis común y corriente. Todos los panelistas de Manos Libres son lideres de opinión y con tremendos respaldos tras de si que son sus propias trayectorias en la política nacional, sin embargo la mayoría dilapida populismo en sus comentarios demagógicos y cínicos que ni ellos mismos se creen. Melnick no es así y por eso más de la mitad de los chilenos lo odia, aunque lamentablemente el tipo también ha sumado a su mala fama algunos desafortunados comentarios y condoros varios.