jueves, 4 de diciembre de 2008

El mercado es anterior al Estado

Es común tildar de capitalistas a quienes exaltan las virtudes del mercado. Pues bien, yo digo que quien esté en contra del mismo, o es un ignorante o desconoce una de las principales leyes en que se fundan las relaciones humanas y que históricamente ha forzado la convivencia de distintos pueblos, llamados en principio a ser enemigos. Con esto último afirmo que el mercado es en esencia pacífico y del Estado, lamentablemente, no siempre podemos decir lo mismo.

El título de este post no es un mero cliché, es sólo una afrimación en base a lo que ha sido la historia del hombre. El mercado es anterior al Estado, por que las naciones son anteriores al Estado también y naciones completas sin Estado definido, fueron comerciantes en la antiguedad. Así mismo el mercado llama a la oportunidad, a la astucia e inteligencia del comerciante, no es por ende una cuestión social como lo es el Estado, es mucho más individualista y el Estado en principio fue sólo la organización de la nación destinada a velar por la integridad de los individuos y su titularidad sobre las propiedades obtenidas (propiedad privada), castigando a quienes se hicieran de ellos ilegítimamente.

El Estado es por ende regulador y coercitivo, tanto poder ha permitido que su función primaria ya mencionada se desvirtuara y que en la actualidad se tome más atribuciones de las correspondientes, es así como hoy el Estado se impone como Estado subsidiario, distributivo y Estado regulador del mercado y la riqueza (todos lo son). El Estado, se podría decir que es el justiciero arbitrario, un Robin Hood trasnochado. El mercado en cambio premia las buenas decisiones y se constituye en castigo a las malas. Libre de ataduras el mercado es un medio perfecto para la gente arriesgada, sacrificada y trabajadora. El Estado en cambio alimenta un parasitismo peligroso, en el que unos cuantos ganan en base a la merma de las ganancias legítimas de muchos.

Entre los pueblos de la antiguedad, se puede observar a simple vista que aquellos aparentemente más sofisticados desarrollaron formas estatales que no tardarían en volverse absolutistas, imponiendo una moral peligrosa, jerarquías raciales y sociales como las de los arios en la India o sus homólogos en el Imperio Romano (Patricios vs Plebeyos) y Grecia (los ciudadanos de la polis griega vs los de las ciudades aliadas o conquistadas). Los francos en la Galia hicieron exactamente igual sobre una mayoría romano-gálica y los efectos tardíos de aquella segregación terminarían con la sublevación del tercer Estado en el siglo XVIII sobre la aristocracia, el clero y la monarquía, dando inicio a la ilustración, un mítico episodio revolucionario y la toma de fuerza de los preceptos liberales de igualdad y fraternidad en todo el mundo, así como también un freno al expansionismo totalitario del Estado, aquel Robin Hood, cada vez más semejante a Nerón, emperador de Roma.
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Petra, una de las rutas de comercio más antiguas del mundo. Unía el mercado mediterráneo con las rutas de la India. Se ubica en la actual Jordania.

Sin embargo otros pueblos llamados "errantes" se fundaron en el comercio y algunos de ellos se constituyeron en poderosas factorías, que más tarde bajo una forma estatal terminarían desapareciendo. Nada más claro que el caso de los fenicios y sus herederos, los cartagineses. Fueron los fenicios de origen cananeo (emparentados con árabes y hebreos), uno de los primeros pueblos en gestar una identidad nacional en los márgenes del mercado mediterráneo y no en el Estado y su innata belicosidad como hizo la mayoría de los pueblos vecinos.

Los fenicios fundaron colonias en España, sur de Italia, sur de Francia, África, costas de la actual Inglaterra y hasta en los bordes costeros del sur de Gales y Suecia. Comerciaron con todo el mundo conocido y más allá. Se dice inclúso que habrían sido los verdaderos descubridores de América y si en principio su raza era la cananea, con la apertura al mercado y el contacto con decenas de pueblos distintos (además del comercio de exclavos hacia oriente y occidente), terminaron por ser una de las primeras sociedades cosmopolitas, inclúso anteriores a Roma. No obstante, la riqueza de sus tierras y de su gente (aventajados mercaderes), terminó atrayendo a aquellos pueblos mediterráneos de Estados más fuertes, que como el Imperio Persa, Egipcio, Griego y Romano los absorvieron lentamente.

Otros pueblos de consitución similar a la fenicia, aparte de los cartagineses, fueron los pueblos del mar o pelásgicos que se establecieron a orillas del mar negro y las costas mediterráneas turcas, para luego crear algunas colonias que quedarían registradas en la historia al menos nominalmente, como es el caso de los filisteos o filistinos, probables ancestros de los actuales palestinos. Así como ellos, también los hebreos son un "pueblo errante", perseguidos en algunos casos y comerciantes en otros tantos, se dispersaron tempranamente en el Imperio Persa, luego en las tierras romanizadas y de ahí a tierras más abandonadas por la occidentalización, como es el sur de la India. A partir del comercio romano en Egipto, muchos mercaderes hebreos fueron los que viajaron a la India (a traves del mar rojo) formando colonias hasta el día de hoy persistentes. La tradición judaica subsiste al paso de los siglos y eso permitió que no se perdieran sus vestigios.

Así mismo los judíos asquenazis colonizaron hace siglos el corazón de Europa (Europa Central), fueron tratados de marranos en España, como ciudadanos de segunda clase en Italia (italquims) o en la actual Rusia. Todo en base a prejucios e ignorancia del europeo tipo, intolerante con las tradiciones y con el hecho de que este ha sido desde siempre uno de los pueblos más prósperos, comerciantes y exitosos capitalistas que alimentaron la insana envidia de sus coterráneos y que más allá del prejuicio y del racismo, desde siempre constituyó un aporte al progreso europeo, a su música, las letras, la ciencia, la política, la filosofía, la física, etcétera. Spinoza, Disraeli, Einstein, Marx, Lenin, Chaplin, Kafka, son sólo algunos nombres en que se reconoce un legado y hasta un cambio de rumbo en la historia de la humanidad.
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Gran mercado pesquero de Catania, Sicilia.

Así como judíos, fenicios y pueblos del mar, fueron los errantes de la antiguedad. Ergo aquellos pueblos sin estructura estatal o estructura estatal derroída, en el caso del antiguo reino de Israel. En la actualidad siguen existiendo otras naciones, desprovistas de un Estado que vele por sus intereses nacionales, pero jamás ha existido una sola nación o individuo fuera del mercado, pues este es el medio en que interactúan los seres humanos desde temprana edad y sin el cual no podrían subsistir.
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El mercado es una esfera individual y a la vez colectiva, no como el Estado que es absolutamente colectivo y dominado por unos pocos. Quizás no todos esten conscientes de lo siguiente, pero: "Todo es mercado", absolutamente todo se tranza, desde un favor pagado con otro favor no oneroso, a una relación afectuosa en que cada uno de los amantes (mujeres y hombres) se ofertan en el mercado amoroso como "buenos partidos" - chicas lindas o inteligentes, tipos feos pero con plata, mujeres de edad avanzada que te puedan mantener en el caso de ser un parásito, etcétera. En el mercado del amor como en cualquier otro mercado, es el plus de una virtud lo que vende y capta la atención de quien a la vez actúa como ofertante y comprador.
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Ayn Rand lo diría mejor: "El capitalismo convierte a los hombres en comerciantes que se relacionan voluntariamente". Sin embargo el capitalismo del que nos habló Rand es sólo la aceptación de la existencia del mercado. El mercado es anterior al Estado, porque desde siempre han existido pueblos e individuos libres y desprovistos de Estado, en cambio jamás un sólo ser humano ajeno al mercado, salvo que fuera un ermitaño.
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Es pertinente al actual nivel de globalización que vive el mundo, replantearnos este tema. Podríamos ser el día de mañana nosotros mismos quienes estemos lejos de nuestro Estado, pero estaremos completamente seguros de sobrevivir, teniendo en mente que somos individuos independientes que necesitamos establecer relaciones con nuestros pares y tranzar prestaciones de acuerdo y beneficio mutuo. Para esto no se necesitó ni se necesitará nunca del Estado, pues el Estado es dueño de otra naturaleza, a veces muy distinta a la libertad del individuo, no así el mercado que es el mejor escenario en el que este puede desenvolverse, libre de falsos patriotismos, lejos del "deber social", sólo guiado por un legítimo interés personal o en último caso de la familia.
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Durante siglos fue el mar el medio más habitual que permitió transacciones comerciales entre los distintos Estados, fomentando entre ellos una competencia muchas veces insana por hacerse con el dominio de los mismos. Así son interesantes las historias de rivalidad entre Venecia y Génova por el control del mediterráneo en el medioveo o los reinos de España y Gran Bretaña por el predominio del comercio atlántico en la época moderna.
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El mercado es libre y accesible a todo el mundo, no hace diferencias de raza, estatus social, ni establece jerarquías de poder, ni promueve la distribución de la riqueza. En la transacción se entiende que todos ganan, en los buenos negocios se triunfa y en los malos se corre el peligro de quebrar. El Estado en cambio promueve la mantención de un status quo de estratificación social o étnica, una estructura cohibitiva de la libertad y de los naturales procesos sociales. Se empina como garante de la nacionalidad, cosa que no debe ser. Por regla aplica la fuerza para mantener el orden interno y acallar las voces disidentes y no así la seguridad e integridad de la nación como era su función vital.
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El Estado sigue siendo la herramienta de los poderosos para mantenerse en la cúpula de las sociedades y dirgir el teatro político y económico. Pero sabemos algo ya y es que al márgen de la política, la economía y el mercado son competencia de todos y cada uno de los individuos sin excepción. Es por tanto darle demasiada atribución al Estado permitir que se haga con esa mano, sean cuales sean sus intereses, pues como dijo alguien por ahí: el "altruismo no existe" y tras cada noble iniciativa, corre el interés de ciudadanos deshonestos.
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Si apelamos a la libertad, el mercado que nos representa ha de ser tambien libre, igual de libre que cada uno de nosotros.
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