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Como si nada de eso fuese suficiente, ahora nos invaden las imágenes de robos e incendios a supermercados en las regiones octava y metropolitana, violencia armada entre vecinos, despliegue de las FFAA, anarquía y violencia por todas partes. Tan triste escenario deja en evidencia que todo se ha escapado de las manos, el lumpen, el INFALTABLE lumpen que se manifiesta en cada 11 de septiembre en las calles de Santiago, como en el día conmemorativo del jóven combatiente y otras tantas instancias en el año, ha emergido nuevamente, opacando esta vez el sufrimiento humano de miles de compatriotas, tanto como los esfuerzos sobrehumanos del gobierno por entregar apoyo a las personas afectadas.
Unos malditos imberbes morales, están enviando literalmente "a la mierda" las bases de este proceso de reconstrucción nacional, desgastando más allá de la cuenta todo el esfuerzo de bomberos, voluntarios, carabineros, el gobierno y desde luego, la gente honrrada que no está pensando directamente en expandir sus frustraciones al vecino (como dijo una pseudo psicóloga hoy en un canal X), al contrario, soy de la idea de que la mayoría de los chilenos que hoy sufre, pretende dar por finalizada lo más luego esta pesadilla y para eso, los últimos episodios de este día y el de ayer que todo el país videnció en la tele, no sirven absolutamente de nada.

Soy el primero en levantar la voz a favor de los derechos humanos, pero a este tipo de gente (si se le puede decir gente) yo no sé que humanidad les quede. Evidentemente nadie puede dárselas de verdugo ni de justiciero, menos en un país democrático (ojalá leyera esto la alcaldesa Van Rysselberghe, que se lamentó hoy en la tarde de que los militares no estuvieran armados y agarraran a tiros a los saqueadores de supermercados en Concepción), pero comparto la idea de que de pillarlos, más que sólo meterlos presos, se merecen también una buena "pateadura" correccional.
¿Dónde irá a parar todo esto?, cada día que pasa el bache en el que hemos caído se ve más grande y es gente inescrupulosa, agitadores o terroristas del absurdo los que están aguando la reconstrucción nacional. Mientras tanto no saco, ni sacamos mucho con lamentarnos, impera dar una mano a los que sufren, por que esa es la ventaja de quienes salieron salvo de esta catástrofe: poder ayudar a los más desvalidos. Hay mil y una maneras de ayudarnos, todas son válidas y todo Chile está esperando por ese gesto individual.