Hace unos cuantos días llegó a mi poder la interesante obra del norteamericano Wallace Wattles, "La Ciencia de Hacerse Rico" (1910), la cual, a diferencia de lo que muchos podrían pensar no es un libro de tips: en ella no se condensan datos de creación de riqueza forjados en el ahorro, la inversión, el buen desempeño en el negocio bursátil ni nada por el estílo. Expone en cambio que el hacerse rico es una disposición personal, un reto mental, que significa pensar y actuar de "UN CIERTO MODO", alineados con la naturaleza del universo (que es expansiva), y en tanto el hacerse rico corresponde a una especie de deber y este deber, este actuar de "UN CIERTO MODO" va ligado a una esencia creativa, no así competitita: el mentalizarnos en nuestros objetivos y trabajar en pro de ellos, sin sacrificar a nadie más que a nosotros mismos con tal de alcanzarlos.
Ayn Rand en cambio, posee una biografía muy distinta: nacida en la Rusia de los zares, en el seno de una familia de prósperos comerciantes judíos, vió como tras la revolución bolchevique sus padres lo perdieron todo, siendo obligados a emigrar a los EEUU. Este fue el punto de inflexión de sus ideas contra el altruismo (al cual consideraba la más parasitaria de todas las mentiras) y su visión crítica respecto de la "mano invisible" o "teoría del chorreo" de Smith, siendo la primera autora en considerar que dichas externalidades, sólo resultan negativas para el creador de riquezas o arquitecto de las grandes ideas, pues tal como expuso en su potente obra "The Fountainhead" (1943): "El interés del hombre creador es conquistar la naturaleza y el interés del parásito es conquistar a los hombres".
Para finalizar, me encantaría responder de manera afirmativa a la pregunta de este post y sostener como Wattles la infalibilidad de su (supuesta) ciencia para generar riqueza, aunque no me quede tan claro el alcance que puedan tener estas ideas en realidades como la nuestra, donde las desigualdades sociales son alarmantes y hasta la libertad de soñar parece haber quedado restringida a una estática minoría. De todas formas, soy tremendamente liberal y creo en el poder que carga cada uno de nosotros para hacer del mundo lo que que deseemos, más allá de toda traba o limitación. Wattles también exhorta a olvidarnos de que a los gobiernos prexistentes conviene "mantener a la masa en la pobreza" o de que los grandes sistemas industriales continúan dictando la norma del mercado. "Una MENTE QUE AVANZA y tiene FE en que podrá generar riqueza, no se mantendrá mucho tiempo en la pobreza", apunta con toda convicción el americano.
