miércoles, 9 de marzo de 2011

La sutil manera de Netanyahu de insultar a nuestro país

Estoy tan de acuerdo con Nietzsche en sus planteamientos sobre el pueblo judío, particularmente cuando sostiene que se trata de una raza de timadores, que a lo largo de la historia bien se las han arreglado para hacer el papel de víctimas y pueblo débil, siendo que son todo lo contrario. La soberbia del Dios judeo-cristiano, del supuesto Dios único, perfecto, moralista, corrector y castigador, encubre el evidente delirio de grandeza e ímpetu dominante de este pueblo, tan perseguido y repudiado a lo largo de los siglos, por naciones arias (romanos, íberos, eslavos, persas, centroeuropeos...), semitas (asirios, babilonios, árabes) y asiáticas por igual.
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La sorprendente sutileza con que el judío logra constituír grandes imperios económicos, hacer lobby y toparse con las altas cúpulas del poder en todos y cada uno de los países que habita, es la misma con la que nos logran oprimir el corazón al revivir hasta el cansansio (para conveniencia propia) el genocidio del que fueron víctimas en los años de entreguerra: una fórmula con altas cuotas de cinismo y manipulación. Es increíble que ese mismo pueblo que aún hoy llora las injusticias que vivieron sus abuelos, sea el mismo que día a día vulnera los derechos fundamentales de la nación palestina, el mismo que va a la vanguardia en métodos de tortura a prisioneros.
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Con esa misma sutileza, el premier Netanyahu, no tuvo reparos en comparar a Chile con un perro, esto a raíz del reconocimiento que hizo nuestro país del Estado Palestino y en el contexto de la visita de Sebastian Piñera a Tierra Insana. El mandatario israelí citó la conocida "teoría del reflejo" de Pavlov, para señalar que Chile no hizo más que seguir la determinación de otros países, de similar manera a la que actúa un perro, imitando. Una descalificación internacional clarísima, oculta desde luego bajo un mantel de típica ironía hebraica, digna de segundas interpretaciones como todo lo judío en general, partiendo por sus escrituras sagradas y su discurso. Como indicó hace ya siglos Nietzsche: raza cínica, raza timadora!
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Por otra parte, es necesario indicar que el reconocimiento que hizo el Estado de Chile de su par palestino, responde menos a un acto reflejo que a un lobby político. Recordemos que en Chile radica la mayor colonia palestina del mundo y entre sus descendientes, varios militan en la política local o ejercen algún tipo de influencia en las altas esferas de decisión de nuestro país. Un punto menos para el imperialismo israelí.
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