jueves, 30 de septiembre de 2010

Crecer

No seas como los niños cuya felicidad depende de las atenciones de sus padres, ni como el supersticioso que achaca su suerte a los designios de lo desconocido, tampoco como el religioso que vive arrodillado ante la divinidad como un mendigo.
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Házte grande, nútrete de ti, valora lo que tienes y lucha por lo que aún no tienes. Camina con el dios del intelecto y haz virtud de tus ideas. No necesitas rogarle a nadie, no necesitas estimación, ayuda ni beneplácito de terceros, eres tú quien construirá su vida hoy y no mañana.